dos niños con un perro
ago. 1, 2018

Construyendo comunidades más seguras con perros de rescate

El programa Y's Youth Safety and Violence Prevention (YSVP) siempre ha creído que sanar los traumas del pasado es la clave para prevenir los futuros. Pero en 2017, nuestro enfoque de la atención informada sobre el trauma se afirmó de una manera nueva e interesante.

El verano pasado, Art Guerrero notó que algunos de los adolescentes del programa Y's Youth Safety and Violence Prevention (YSVP) en Pilsen/Little Village eran demasiado introvertidos para hablar sobre los temas delicados que suceden en sus vidas y comunidades, por lo que se preguntó cómo llevar la jóvenes fuera de sus caparazones.

¿Su solución? Una asociación con una organización llamada Safe Humane Chicago que reúne a jóvenes de YSVP y perros de rescate y judiciales a través de un programa llamado Lifetime Bonds. Safe Humane Chicago tiene como objetivo crear comunidades más seguras fomentando relaciones positivas entre humanos y animales.

“La idea era introducirlos en una rutina, que trabajaran con los perros cada semana, y darles la confianza para comunicarse con la gente”, explica Guerrero.

La idea funcionó. Los jóvenes de YSVP respondieron a los animales y se abrieron gracias a su trabajo continuo con los entrenadores y perros de Safe Humane. Algunos de los niños más tímidos de Guerrero terminaron dirigiendo sesiones de capacitación y hablando al público en las graduaciones de Safe Humane.

“La transformación ha sido simplemente increíble”, dice Cynthia Bathurst, directora ejecutiva de Safe Humane Chicago. “Estos perros no solo están siendo entrenados y encuentran hogares amorosos y satisfactorios, sino que los niños están haciendo conexiones sobre la empatía, la paciencia y la autorregulación, y cómo usar esos rasgos para interactuar con las personas”.

Muchos jóvenes hicieron fuertes conexiones con perros de juicio, víctimas de abuso que fueron rescatados por la policía o el control de animales. “Ayudar a estos perros de juicio muestra a los jóvenes que puedes tener estabilidad en tu vida, incluso en medio del caos”, dice Bathurst. “También se dieron cuenta de que, así como las personas no quieren ser juzgadas por su apariencia, tampoco debemos juzgar a los perros de esa manera”.

A una de las adolescentes que participó, Karisma Contreras, de catorce años, le encantó tanto que inscribió a su hermano menor para que formara parte de la siguiente cohorte.

“Estos perros han pasado por cosas malas que no deberían haber pasado”, dice Contreras. “Podemos relacionarnos unos con otros… mostrándonos amor unos a otros, aprendemos a confiar de nuevo”.

Steven Lopez, de diecisiete años, también respondió con fuerza al programa, regresando después de que su cohorte se graduó para hablar con los otros jóvenes sobre su experiencia y ayudarlos a trabajar con los perros.

“Aprendí a comunicarme con mis compañeros mientras trabajábamos juntos”, dice. “Este programa y mis mentores me han enseñado a ser un mejor ciudadano, un mejor líder y un mejor estudiante en la escuela”.

Ahora en su cuarta cohorte, YSVP y Safe Humane esperan continuar su asociación para construir comunidades seguras, al igual que los adolescentes.

“Este programa es un santuario para mí”, admite Contreras. “Amor no es realmente una palabra que uso a menudo, porque es algo que nunca antes había entendido, pero he aprendido a amar este programa y a la gente aquí”.